Magdalenas de naranja (2024)

Las magdalenas me encantan porque por su tamaño y su formato individual me parecen comodísimas para desayunos y meriendas.

Las magdalena son sencillas de preparar, únicamente hemos de tener en cuenta unos sencillos consejos.

Las cápsulas de papel que se usan habitualmente para hacer magdalenas son bastante endebles, por lo que cuando se llenan de masa tienen tendencia a abrirse, lo que dificulta que suban bien en el horno. Para evitarlo lo mejor es poner las cápsulas dentro de un contenedor más rígido que evite que se abran.

Las bandejas de magdalenas resultan supercómodas, ya que además facilitan mucho la tarea de trasladar las magdalenas al horno. Las cápsulas de silicona también van muy bien, mejor usadas también con capsula de papel para poder retirar la de silicona al salir del horno. Los moldes metálicos para preparar flanes individuales son también una buena opción, si no tenemos incluso pueden servirnos los desechables, como los vamos a usar con la cápsula no se manchan y sirven para varios usos.

Para que las magdalenas suban bien es conveniente que la masa esté bastante fría cuando entren en el horno. La diferencia de temperatura hará que la masa “despierte” y formen un buen copete. Si tenemos tiempo es buena idea dejar la masa un rato en la nevera antes de rellenar las cápsulas. Con una hora es suficiente, pero a partir de ahí podemos dejarla todo el tiempo que necesitemos (la maa aguanta bien un par de días en la nevera). Yo lo que hago muchas veces es preparar la masa el día anterior (lleva 10 minutos), dejarla toda la noche en la nevera y hornear las magdalenas al día siguiente.

Para preparar las magdalenas empleo un aceite de oliva suave. A mi me gustan las magdalenas y bizcochos con aceite de oliva, pero a mucha gente no le agrada porque les resulta muy fuerte de sabor. Si os gusta que tengan un sabor más suave se puede emplear perfectamente aceite de girasol.

Estas magdalenas quedan también genial si añadimos unas pepitas de chocolate, la naranja y el chocolate combinan siempre de maravilla.

Ingredientes

Preparación

Poner en un bol los huevos y el azúcar.

Batir con unas varillas hasta que blanquee.

Añadir la ralladura y el zumo de naranja y batir bien.

Incorporar el aceite y mezclar bien.

Poner en otro bol la harina, la levadura y un pellizco de sal. Dar unas vueltas para que se mezcle bien.

Añadir la harina al primer bol, preferiblemente a través de un tamiz.

Mezclar con una cuchara o una lengua de cocina pero sin trabajar demasiado la masa, lo justo para que no se vea harina suelta.

Si tenemos tiempo se puede poner un rato la masa en la nevera (mínimo una hora, aunque la podemos dejar toda la noche). De esta forma al entrar fría en el horno las magdalenas crecen mejor.

Poner las cápsulas de papel sobre la encimera. Yo las pongo siempre dentro de una bandeja de magdalenas. También se pueden poner dentro de molde de silicona. Las cápsulas de papel suelen ser poco consistentes y con el peso de la masa se abren, lo que dificulta que suban bien en el horno.

Rellenar las cápsulas de magdalenas hasta los dos tercios de su capacidad. Yo antes lo hacía siempre con una cuchara, pero desde hace unos meses he empezado a poner la masa en una manga pastelera con una boquilla lisa un poco grande y es supercómodo.

Mientras preparamos las magdalenas precalentar el horno a 200 grados.

Poner las magdalenas en la parte central del horno, con calor arriba y abajo. Me gusta colocarlas sobre la bandeja precalentada junto con el horno en vez de colocarlas sobre la rejilla.

Hornear durante 22 minutos, hasta que suban y estén doraditas, sin abrir el horno en ningún momento.

Sacar las magdalenas del horno y ponerlas sobre una rejilla hasta que se enfríen. Si las hemos horneado en una bandeja de magdalenas o en cápsulas de silicona las sacamos antes de colocarlas sobre la rejilla.

Si horneamos las magdalenas en 2 tandas (en mi bandeja solo caben 12) repetir el proceso para la segunda tanta.